Me sentí totalmente identificada con los escritos y recordé que yo también (como muchas otras personas imagino) escribí cosas similares. Porque está bueno escribir cuando hay algún tipo de padecimiento que nos provoca dolor. Escribir a modo de catarsis; escribir para volver a atravesar el dolor, pero de una manera distinta. Escribir para verse a uno mismo, para comprender por lo que se está pasando y poder reconocerse... Escribir para no seguir guardando angustias internamente; cual fueran tatuajes imborrables del que -al menos fácilmente- no nos podemos deshacer.
En fin, esto, es algo que hace tiempo escribí, y que recordé ayer mismo:
Morir,
Es todo lo que quiero hacer
Adiós, me voy
A mi viaje paradisíaco
Morir
Es lo que deseo
Y me reservo el por qué...